sábado, 2 de junio de 2012

Las dos piedras

Había una vez, en un pequeño pueblo, un granjero a quien no le alcanzaba el dinero para devolver una importante suma de dinero que le había sido prestada por un viejo muy feo y muy antipático. 

Como el granjero tenía una hija muy linda que despertaba todas las ansias del prestamista, éste último le propuso un trato.

Le dijo que le perdonaba su deuda si él le daba a su hija en matrimonio. Tanto el granjero como su hija quedaron horrorizados con esta propuesta.
 
Entonces el viejo prestamista varió un poco su propuesta sugiriendo que fuera el azar quien determinara si la propuesta iba o no iba. 

Les dijo que iba a colocar una piedra blanca y una piedra negra dentro de una bolsa vacía. La chica debía sacar una de las piedras sin ver cuál estaba sacando de la bolsa.
Si sacaba la piedra negra, se casaría con el viejo prestamista y la deuda de su padre se consideraría pagada.

Si sacaba la piedra blanca, no tendría que casarse con el viejo. Pero, para hacer atractiva esta manera de tomar la decisión, la deuda de su padre también en este caso quedaría perdonada.
Por el contrario, si ella rehusaba entrar en este juego, su padre sería inmediatamente enviado a la cárcel.

Siempre hablando, el viejo prestamista se agachó para recoger las dos piedras.
La chica, que tenía el ojo rápido, se dio cuenta que el viejo había recogido dos piedras ambas negras y las había puesto rápidamente dentro de la bolsa. Pero ella no dijo nada.

A continuación, el viejo prestamista le pidió a la chica que tomara una de las piedras que estaban dentro de la bolsa. 

Todo ello había tenido lugar en el pequeño camino que lleva a la puerta de la casa del granjero, que estaba recubierto por piedras blancas y negras.
Imagina por un instante tu que estás leyendo esta historia ¿que hubieras hecho si hubieras estado ahí? ¿Qué le habrías aconsejado a la chica ?

Si analizamos bien la situación, hay 3 posibilidades:
1) La chica debería negarse a sacar una piedra.
2)la chica debería sacar las dos piedras negras de la bolsa y demostrar así que el viejo había hecho trampa.
3) la chica debería sacar la inevitable piedra negra y sacrificarse casándose con este viejo repulsivo para evitar la prisión de su padre

Tómate un momento para reflexionar sobre esta situación Y no te precipites.

El dilema de la chica parece que no puede resolverse de manera equitativa: si acepta la propuesta, pierde inevitablemente su felicidad; pero si la rechaza denunciando la trampa, su padre va inevitablemente a la cárcel.

Piensa en las conseceuncias de cada una de las tres opciones posibles. ¿Entonces, ¿que habrías hecho tú? Reflexiona antes de leer la solución...

Pues bien, esto es lo que la chica hizo:
Ella metió la mano en la bolsa y sacó una cualquiera de las piedras, pero de inmediato la dejó caer al suelo sin que nadie hubíera tenido tiempo de verla, y se disculpó asustada. 

Esta piedra se confundió inmediatamente con los cientos de piedras negras y blancas que formaban el camino de entrada a la casa.

-Ay, qué torpe soy!, exclamó la chica. ¿Cómo puede pasarme algo así? Pero, no importa, prosiguió rápidamente. Todo tiene solución.

Se puede saber cuál es la primera piedra que saqué, sacando la que queda en la bolsa. Porque si la que queda es blanca, habré sacado la negra y si la que queda es negra, habré sacado la blanca. ¿No es así? 

Le pidió al viejo prestamista que sacara la que quedaba y era negra…
Por consiguiente, la primera piedra que sacó la chica no podía ser sino blanca. 
Y como el viejo prestamista no se atrevió a confesar su trampa, la chica transformó una situación que parecía imposible en un desenlace muy ventajoso para ella y para su padre.

Moraleja de esta historia:

Existe une solución para la mayor parte de los problemas complejos. El problema se presenta porque no sabemos ver las cosas desde el ángulo adecuado.El cerebro puede ser llenado con pensamientos positivos y con decisiones sabias. 

No te olvides! Busca él ángulo adecuado.



Edward de Bono.

"Pensar Bien".

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